La construcción comenzó en febrero de 2005 con seis nuevas habitaciones, una cocina ampliada y jardines cuidadosamente diseñados para preservar la autenticidad de la estructura original. Utilizamos los mismos materiales y texturas locales que antes, y se pensó mucho en integrar los nuevos edificios en el paisaje existente. Se prestó especial atención al diseño basado en el análisis de un arqueólogo del Instituto de Historia y Antropología, que trabajó durante varios meses para garantizar que el diseño propuesto no profanara ni destruyera ninguna estructura maya enterrada.
Como antes, la construcción se completó sin electricidad ni maquinaria pesada y moderna. Contratamos los servicios de una reconocida arquitecta hondureña, nuestra buena amiga Rosa María Fiallos, quien comprende la importancia de preservar la historia y el ambiente mágico de San Lucas.